El comienzo del año estuvo marcado para los agrarios franceses por un evento extraordinario. Las autoridades francesas han aprobado aumentos de impuestos sobre el uso de pesticidas que son perjudiciales para el medio ambiente. El proyecto estatal entró en vigencia desde los primeros días de 2019.
De ahora en adelante, el costo de los fertilizantes químicos aumentará varias veces, lo que inevitablemente conllevará costos adicionales para el grano. En otras palabras, el mantenimiento de una hectárea de cultivos de cebada aumentará su precio en 21 euros, y el fertilizante de una hectárea de trigo aumentará en 24 euros.
Este hecho es inusualmente indignado por los productores de grano francés, así como por los especialistas en el cultivo de semillas oleaginosas y remolachas. Después de todo, ahora tienen que gastar un total de cien millones de euros más en el mantenimiento de sus campos que antes de que se acordara la factura.
Hoy, los agricultores critican la decisión del parlamento francés. La Asociación de Granos está convencida de que esta decisión no es una lucha contra la contaminación ambiental, sino un "autismo completo", que conducirá a los agricultores franceses a una grave servidumbre fiscal.